Cuando en plena pandemia de la Covid-19 nos planteamos constituir una editorial dedicada a publicar libros de poesía, de una literatura que además estuviera especialmente interesada en adoptar una conciencia crítica sobre lo cultural, lo social y lo político como herramienta de análisis de su tiempo y del futuro, inmediatamente entendimos que era una idea por completo insensata. Nos decíamos:
Definitivamente, es una idea desprovista de sentido común: poesía poética, poesía poética crítica en lo político, social y cultural, y poesía poética en libros de papel.
En conciencia, para no sugerir la impresión de ser cabalmente insensatas por ignorar toda señal de estar incurriendo en insensatez, decidimos ir adelante con la editorial, pero bautizándola como «Insensata«, dando cuenta así de que, por lo menos, habíamos captado el aviso a navegantes. El futuro dirá si la insensatez tiene cabida en un universo en apariencia regido por las personas que se dicen sensatas.